Cliente: Restaurante Mugaritz

Diseño de producción, coordinación de contenidos y participantes.

2018

Sentimos ese característico subidón de adrenalina cuando nos llamaron desde Mugaritz para hablar de su fiesta de XX aniversario. Subidón característico cuando algo te excita, te emociona y te motiva.

Mugaritz tiene una identidad imperturbable, un sello claro con el que han trazado un camino que ha marcado la vanguardia gastronómica en sus 20 años de historia. Desde el fondo de un valle precioso, entre Oiartzun, Renteria y Astigarraga, han rastreado sus campas, bosques, taludes en busca de parte de la materia prima que ha alimentado su mente y su discurso. Han bebido de productos y tradiciones locales que constituían sus raíces, pero siempre mirando al mundo, con la ambición de aunar lo local con lo global, de reivindicar nuestro pequeño rincón ante un público curioso de todo el mundo.

El reto no era pequeño, montar un fiestón para alrededor de 1000 personas llegadas de las 4 esquinas del globo. Hacer una reunión de amigos memorable, una celebración simpática, emotiva, frenética y por supuesto con el sello de calidad de la casa. Tenían las ideas claras, sabían que el contenido se iba a construir de la mano de amigos, artistas, proveedores, gente que ha formado parte de la historia de la casa, y que iban a ser cómplices para crear magia.

La fecha era clara: el domingo 17 de junio, 2 días antes de la entrega de los premios 50 Best que este año se celebraba en Bilbao. Gracias a esto, nos asegurábamos contar con muchos de los cocineros top del mundo, grandes amigos de la casa. En teoría, también nos asegurábamos mejor tiempo… pero este factor en el Euskadi es totalmente incontrolable. Otra complicación, montar y desmontar todo entre el último servicio del sábado noche y el primero del lunes mediodía.

Nuestro rol en todo el proyecto fue colocar las piezas con las que el equipo de Mugaritz contaba, y que Leire de Apotheke pudiera desarrollar y plasmar su dirección de arte. Desde el diseño del plano de implantación general donde se integrarían las propuestas de comida, escenarios donde se iban a desarrollar las propuestas artísticas, a la creación de la escaleta que iba a marcar los tiempos en los que iban a ocurrir cosas, todo sorpresas no anunciadas para el público. Una narrativa con diferentes tempos y ritmos que resultaron un acierto total, y dejaron en todos los asistentes un recuerdo imborrable de un evento que consiguió generar un halo de magia cumpliendo con las expectativas de Mugaritz, artistas, proveedores e invitados.

Eskerrikasko por confiar en nosotros. Ha sido un proyecto con el que hemos disfrutado, con el que hemos aprendido.